6 feb 2008

LA FELICIDAD DEL POBRE

Cuando se tiene un mal día suele decirse "mas valdria que hoy no hubiese amanecido" y con razón. Otros, cuando sale todo bién, o medianamente bién si no se es muy exigente, agradeceriamos que no acabase nunca, como si el cansancio no se notara. Los primeros, los "malos", se suelen dar con una frecuencia indebida, increible, poniendo a prueba nuestra capacidad de resignación, de templanza ... Los segundos, los buenos, aunque parezcan mas cortos, los sabrosos momentos que nos hayan proporcionado hacen que seamos optimistas y nos dispongamos a multiplicarlos.
Hoy, por ejemplo, mi esposa y yó hemos conocido el resultado de la revisión médica anual que con carácter preventivo nos venimos haciendo desde hace un tiempo. Como todo ha sido favorable, y somos un matrimonio mayor (y si se quiere viejo) nos hemos venido a casa tan satisfechos que hasta lo hemos celebrado con una copa de CAVA. ¿Que no lo hemos hecho bién?, no lo sabemos. Pero creemos, eso sí, que poder celebrarlo como lo hemos celebrado nos ha alargado nuestra vida un poco más.
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