27 sept 2009

RECUERDOS MUY VIVOS

Hace unos días cumplí años y un buen amigo de la infancia, desde mi pueblo me envió un libro dedicado en plan regalo, donde se habla de aquellos interminables años de post-guerra (1939-1975) en que todo era malestar, ya que fueron mas de cuatro décadas de desconfianzas y rechazo al diferente, sin otra justificación que la de serlo. ¡Santo dios! que diria aquella.
El autor del libro es mas joven que nosotros y mucho de lo que dice lo habrá tenido que preguntar a personas de mayor edad que la de él. Aunque el libro no tenga calidad de obra, he leido (y releido) con cierta emoción algún capítulo donde observo que mucho de lo que explica aun me es (siempre me será) familiar. Y si digo que me ha emocionado leer parte de esta modesta publicación es por que, dentro de lo dificil que era sobrevivir en el mundo rural (que era el único que conocíamos las gentes de aquél lugar) los chicos y chicas de nuestra generación, hasta rebasar la edad de la adolescencia, nos lo pasábamos en grande, es decir, como niños. Nos hacíamos nuestros propios juguetes, utilizando materiales diversos, y todos disfrutábamos de ellos desde la idea de "fabricarlos". Increible, pero cierto. Así como cierto es, también, que entre el centenar largo de fotografías que contiene el libro en sus últimas quince o veinte páginas hay personas incluso familiares míos y detalles que me recuerdan un tiempo que creia tener ya olvidado, pero no. Debe ser que aquello que se aprende y se vive de niños, por mucho que sea el tiempo que pase, jamás se olvida.
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3 sept 2009

SI NO FUESE POR .....

Hoy no debe ser "mi día" como vienen siendo otros muchos -cada vez más- en los que no encuentro nada de lo que se necesita para mejorarlos. Gracias que tengo a una Santa esposa que en lo bueno y en lo malo me soporta. Creo que desde muy joven hice demasiadas cosas, unas bién y otras menos bién, con lo que he agotado prematuramente, tambien, mi capacidad de reacción ante lo que significa hacerse mayor (no me gusta decir viejo) y resistirse a parecerlo. Y no me quejo por quejarme -podria hacerlo- de que la vida me haya tratado mal, ni mucho menos. Los reveses o fracasos como resultante de alguna "arriesgadilla" eventualidad confieso haberlos sufrido, sin duda, por mi propia torpeza. ¿Que he gozado de algún privilegio por mi modo de ser? evidentemente, como lo habrá disfrutado cualquier mortal en circunstancias similares. Igual creo haber desaprovechado alguna de esas oportunidades que la suerte pone delante de nuestras narices y se ven cuando ya han pasado, es decir, tarde.
Pero lo de hoy, mi creciente pesimismo, me descoloca sin explicación alguna ya que me considero un optimista visceral. Recuerdo decir que la plena realización del hombre consistia en: tener un hijo, plantar un arbol, escribir un libro, y una vez alcanzados esos tres objetivos o propósitos, mi afán por seguir superándome ha hecho que añada el de pintar un cuadro.
Ahora diria que solo me queda aprender a evitar protagonismo y poder corresponder al inmerecido cariño de los mios.
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