20 abr 2014

CLIMA VARIABLE




(Los fenómenos atmosféricos, cuando se producen, suelen ocasionar daños 
poco menos que irreparables)




Que yo recuerde, desde siempre, en La Mancha vitivinícola donde el cultivo de diversos productos agrarios eran (y aun deben serlo) la principal fuente de riqueza y poco menos que el único medio de vida para millares de familias campesinas, si no llovía lo que debería llover para favorecer el desarrollo normal de las plantas, las gentes dedicadas a cultivos como; fruta, hortalizas, cereales, viñedos y olivares especialmente, se angustiaban al observar que las cosechas se perdían por falta de agua  y con ellas todo el dinero invertido, el trabajo y el tiempo dedicado en su momento a cada una de las plantaciones.

También los abundantes rebaños de ganado, en tiempo de sequía, tenían dificultad para encontrar pastos frescos con qué alimentarse, y sus dueños aunque sabían que mantenerlos era mucho mas caro, habían de recurrir a la utilización de piensos compuestos, con el sobre-coste que eso significaba.

Pues la falta de agua por sequía persistente, no solo perjudicaba a cultivos de temporada y a los pastos para el ganado, si no que propiciaba el aumento de incendios forestales -fortuitos o intencionados- que verano tras verano se vienen declarando, arrasando gran parte de la vegetación que va quedando en nuestros ya tan 
mermados bosques.





-   Qué, has sembrado ya los melones? -preguntaba el año pasado a un vecino con fama de buen melonero-.

-    No,que va -me respondió- como lleva tanto tiempo sin llover, este año solo podrá sembrar melones quién tenga tierras de regadío. Lo mío es de secano y si los siembro será perder el tiempo y las semillas inútilmente.

Este año puede que también sean muy mermadas las cosechas, pero por exceso de agua. Pues con las lluvias torrenciales que están cayendo desde el otoño y durante todo el invierno, los desbordamientos de ríos y acequias inundando comarcas y hasta regiones enteras, todo ello está dando lugar declararse muchos lugares "zonas catastróficas".  

Y si hablo de "daños irreparables" tanto por defecto como por exceso, es porque si la "sequía" es la antesala de la ruina del mundo rural, el exceso de lluvias afecta negativamente a ese mismo mundo, ya que muchas explotaciones convertidas en invernaderos han estado demasiado tiempo bajo las aguas y se ha perdido casi todo.



Por tanto, si a tanta adversidad, por los fenómenos atmosféricos, se nos ocurriese sumar la decadencia (pobreza) que la crisis económica actual está originando en las clases medias y sobre todo entre jóvenes y jornaleros agrícolas, veríamos que la pobreza mas absoluta incluso el hambre sigue siendo una terrible amenaza para muchas familias de nuestro país.

Lo mas triste es que, si todos somos hijos de Dios como se predica en los púlpitos y  esto tardara mucho en arreglarse, la deseada buena convivencia sería prácticamente imposible. 

Habrá que esperar a ver qué pasa al término de la crisis, si es que conocemos el final, claro.












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13 abr 2014

AMBIGÜEDADES

(No se entiende por qué se nos educa para aprender a vivir decorosamente, y no se hace igual hasta el final, sabiendo que tenemos que morir?)  




No creo que haya mortal que sepa lo que en realidad cuesta morirse, ni siquiera que tenga opción para decidir si esta dispuesto, o no, a sufrir de una agonía dolorosa y por supuesto cruel.

Lo que sí parece cierto es que si los enfermos terminales, desahuciados por la ciencia médica, han perdido toda esperanza de seguir viviendo y su agonía se prolonga de modo desesperante, consciente o inconscientemente, muchos de éstos paciente desean morirse.

Cabría imaginar, pues, cómo reaccionaríamos cada uno de nosotros si igual que se nos educa para afrontar la vida que nos toque vivir desde el primer momento, se nos preparase para al final poder elegir una muerte digna,  Quién no habrá oído decir alguna vez: "quisiera morirme" o "qué pinto ya en este mundo". Incluso personas creyentes: ¿por qué Dios no me lleva con Él y al tiempo que descanso evito el sufrimiento que estoy causando a mis seres mas queridos?. Pues ni por esas.

No hace mucho tiempo visitaba en el Hospital a un enfermo recién operado de cáncer de laringe, con posibilidades de curación pero muy bajo estado anímico, y su familia al saber que yo estaba operado de lo mismo y felizmente curado, me suplicaba que hiciera lo que pudiese por ayudarles. "Usted que también estuvo como él y habla con la claridad que lo hace -me decía su esposa- seguro que puede sacarle del pozo en que cree que ha caído".

-    Pueden estar seguros de que haré por ustedes todo lo que esté a mi alcance -le respondí- pero dejemos pasar unos días mas, para ver cómo reacciona cuando esté mas tranquilo y vea que no soy yo solo quién ha superado dificultades iguales a las que él encuentrará ahora.

-      Lo mismo se nos dice aquí, en el Hospital, pero es que verle a usted y oírle hablar con la facilidad que habla, nos da mucha confianza.

-      Bueno, dentro de un par de días pasaré a visitarles y como ya estará mas animado veremos que se puede hacer. Pero ahora -insisto- en quién tienen ustedes que confiar es en la asistencia que reciba y seguir disciplinadamente las indicaciones de los médicos.

-       Pues ese es el caso, mire usted -se quejaba la esposa- que pasa el médico a ver cómo va y ni siquiera abre los ojos para demostrar que le escucha. Y con las enfermeras hace igual.

-      Comprendo que ahora estés todos un poco nerviosos. Les aconsejo que no se impacienten, ya que aun hace poco tiempo que salió del quirófano. Pero él tiene la ventaja de que es muy joven todavía y querrá curarse y seguir viviendo. Ya lo verán.

Otra cosa somos nosotros -dije para mí tras despedirme- muchos hemos llegado a viejos gracias al beneficio de la medicina moderna y sujetos a controles médicos rutinarios, pero conscientes, también, de que el ciclo vital de cada unos ha de llegar a su término de manera natural e inexorable. Y es que prolongar la longevidad artificialmente podría suponer sufrir sin necesidad alguna.

-    ¿Cómo están tus abuelos, que hace ya tiempo que no les veo?  -pregunté al nieto de unos amigos de toda la vida-.

-       Por ahora van tirando bastante bien. Y si se ven ustedes menos que antes es porque mis abuelos ya salen poco. Aunque como ellos pueden valerse por sí solos (todavía) algunos días se cogen del brazo y va a comprar lo que necesitan incluso a dar un paseo.

-      No sabes cuanto me alegro. Les das un abrazo de mi parte y les dices que un día de estos pasaré a dárselos yo personalmente.

-       Muchas gracias. Ya les diré que le he visto y seguro que se pondrán los dos muy contentos.



Y es que si la vida requiere ilusión y esfuerzo para compartirla y disfrutarla en sociedad, no seamos tan romos ni tan escasos de inteligencia como para negarnos a perderla con la misma dignidad con que hayamos intentado gozarla.




















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6 abr 2014

ENTRE OPULENCIA Y PENURIA



(Aprender a desenvolverse entre el todo y la nada,
 además de inteligente, suele ser sano)



Alguna vez me he pronunciado acerca de la inconveniencia de revelar públicamente esa especie de reportajes que aluden al lujo desmedido que rodea a familias con saneado e ingente patrimonio, por el daño psicológico que pueden causar a esas otras también familias (hijos de dios) sumamente necesitadas. Y no es que se trate de poner límites a la ostentación ni al despilfarro de la gente acaudalada, ni mucho menos. Que cada cual haga lo que le plazca con su dinero y sus bienes ¡faltaría mas!.

Por supuesto que me refiero a esos programas, donde personas nacidas y criadas en cunas de seda, formadas en colegios de pago y muchos en universidades exhiben sus riquezas y presumen de lujos a su antojo sin la obligación de rendir cuentas a nadie.

Tampoco se trata de ir contra esas suntuosas mansiones, utilizadas como primera o segunda vivienda por sus propietarios, siendo como son auténticas obras arquitectónicas. Es que hacer ostentación de tanto lujo y pavonearse proyectando imágenes de tanta belleza "¡en momentos de crisis precisamente!" podría entenderse como que son dardos envenenados dirigidos al corazón de esa pobre gente socialmente desasistida.

El pasado domingo veo uno de esos reportajes y sin haber superado la pena que me produjo ver la noche anterior unas imágenes sobre como viven millones de conciudadanos nuestros, azotados cruelmente por la crisis; desahuciados unos por no poder pagar la vivienda, gente mayor despojada con engaños de sus pequeños ahorros, colas interminables a las puertas de comedores sociales y calles tomadas por indigentes de todas las edades. Cuando aun no me había liberado -insisto- de tan dolorosas y sangrantes imágenes, me concentro en lo que mis ojos estaban viendo acerca del boato y ubicación de estas mansiones, una en Marbella, otra en Mirasierra (Madrid), otra en San Sebastián y otra en Ciudadela (Menorca) y por curiosidad tomo estos apuntes; 

La cantidad de metros habitables de éstas "viviendas" oscila entre 400 y 900, y algunas de 2000 a 5000 de terreno ajardinado, piscinas, pistas y frontón para la práctica de algún deporte.  Unas con vistas al mar y al sol de mediodía. Otras rodeadas de montañas y valles de incalculable belleza, igual en invierno cubiertas por la nieve, que en verano con tan heterogéneo colorido de la misma vegetación.

El precio de esas mansiones -aunque eso sea lo de menos- dijeron que era de cuatro millones y medio la menos cara, y de casi los nueve la que mas vale. 





A todos nos encanta que en nuestro país haya hermosas ciudades, con amplias y largas calles, grandes y bonitos edificios, abundantes monumentos, museos, teatros, también buenos colegios y universidades, hospitales zonas arboladas de recreo, etc. y que de los impuestos -naturalmente- se destine lo que sea preciso para su mantenimiento.

Sin embargo, eso no debe impedir que además de todo eso, las grandes ciudades incluso pueblos menos grandes dispongan de guarderías para niños, residencias para ancianos pobres y ricos. Y sobre todo, viviendas sociales dignas, para que la gente sencilla no sufra las calamidades que genera tanta pobreza  como la que hay ahora.

A pesar de todo lo escrito, este humilde mortal desea ¡feliz semana Santa!
























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1 abr 2014

TRABAJOS DE TEMPORADA (La vendimia)


Aunque hubiese dificultades, la avenencia y el entendimiento entre las gentes del campo, 
siempre fueron un ejemplo a seguir.



Desdoblar la lona, extenderla y repasarla por si había que recoser algún roto, o taparlo con una botana de cuero,  así como darle una buena mano de sebo de carnero para que no calara el mosto al pisar las uvas en el carro y preparar las "serillas" y las espuertas utilizadas durante la recogida de la cosecha, era tarea a realizar los días previos a las Ferias y Fiestas de agosto en Tomelloso. Y todo ello para poder comenzar a vendimiar inmediatamente después del petardazo de la "traca" que daba por terminadas dichas fiestas.

-    ¿Qué, preparando los avíos para la vendimia? -pregunta el mañanero repartidor de pan-.

-     No hay mas remedio. Igual que todos los años -responde el otro sin quitar la vista de lo que estaba haciendo-. Pero es que están al llegar los vendimiadores y queremos tener todo listo para empezar la vendimia lo antes posible.

-    Bueno, aquí tiene los dos panes y la rosca que tenían encargada. Ya dirán el pan que tengo que traer mañana?.

-     Como eso yo no lo se, ya pasará la mujer por la tahona y lo encargará.

Las "cuadrillas" de vendimiadores solían componerse de familias llegadas de provincias del norte de Andalucía.  Muchas de éstas familias eran ya como de casa y los patronos ("amos" decían ellos) contaban año tras año con las mismas,  sin necesidad de contrato alguno.  Pues era gente humilde, honrada y muy trabajadora, que con una simple carta indicando el número de personas y la fecha en que habían de venir, bastaba para contar con ellos.

 "Apreciado Manuel: Deseamos que toda la familia estéis b. . . . . .  y sepáis que este año, como ha hecho tanto calor, la vendimia se ha adelantado unos días y . . . . . .

Así de sencillo.

La recolección solía iniciarse a primeros de septiembre y duraba hasta últimos de octubre. A veces se prolongaba, ya que había quién tenía viñas lejos del pueblo y tardaban algo mas en transportar las uvas. Contando con que la vendimia no se daba por concluida hasta ver fregado el jaraíz, lavados los carros con todos los aperos y recogido el material utilizado incluso sacas y mantas de dormir el personal en la quintería.



El hecho de pernoctar la gente en las viñas, no solo se hacía por comodidad del personal,  si no que al no interrumpirse el acarreo durante las veinticuatro horas se facilitaba  la carga de los carros a cualquier hora de la noche.  Y como el trabajo no requiere un esfuerzo excesivo, al final de la jornada las mozas y los mozos se permitían canturrear y bailar alguna jota manchega antes de ir a dormir.

A la mar van a parar, 
morena, todos los ríos 
y allí se habrán de juntar 
tus amores y los míos.

Procura tu que tus coplas 
vayan al pueblo a parar, 
aunque dejen de ser tuyas 
para ser de los demás.

Compartiendo con otras gentes el trabajo de solo unas semanas, ejercido éste desde el respeto y el cariño (por qué no decirlo) su marcha producía todo lo contrario, emocionalmente, que la llegada.  Pues los abrazos y besos de la llegada, tampoco   faltaban en la despedida.  Pero, si los primeros  producían alegría y risas, los segundos quedaban empañados de tristeza y alguna que otra lagrimilla.  

¡Y eso que nos despedíamos "Hasta el año que viene"!

















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