Estoy comprometido a participar en campañas antibaquísmo porque tengo motivos para hacerlo. Soy "laringectomizado" por cáncer de laringe, a causa del consumo de tabaco, y no podria negarme. Como no he sido tan desafortunado como otros, puedo permitirme ejercer de testimonio, para que los niños, a quién van dirigidas especialmente estas campañas, no comiencen a fumar. Asisto, en calidad de invitado, a actos organizados en IES (Institutos de Enseñanza Secundaria) con el fin de informar a los escolares sobre el "efecto tabaquísmo", si caen en la tentación de probar a fumar, y la respuesta de muchos de ellos, una vez acabada la correspondiente charla, es para tomárselo en serio. Dicen en sus escritos de puño y letra frases como:
... sabia que el tabaco es malo, hoy he aprendido lo que me faltaba saber para no probarlo. (Isabel). ... le puedo asegurar que la charla de hoy no ha caido en saco roto, gracias. (Maite)
... su experiencia nos ha servido de mucho. Si puede vuelva. (Jordi) ... todo lo que nos ha contado se lo explicaré a mi padre, porque quiere dejar de fumar y dice que no puede. (Aaron) ... no entiendo cómo se vende tabaco, si es tan dañino. (Silvia)....
Y el posterior comentario, entre profesores y alumnos, todos reconocen que es altamente positivo.