4 mar 2010
Somos lo que somos, nada más
Hoy, en mi paseo casi diario por el parque que hay al lado de casa, me ha dado por observar lo útiles que resultan los espacios verdes, ajardinados, en particular para niños y viejos. En este tipo de espacios suele haber zonas adaptadas para juegos infantiles y bancos (asientos) diseñados para facilitar el descanso a los viejos. Los primeros, los niños, correteaban en grupo y se notaban felices, mientras los segundos, los viejos, a prudente distancia, también felices, vigilaban para que disfrutasen los niños sin hacerse daño, o así es como yo lo percibía.
Ante tanta realidad, respecto del comienzo y final de lo que somos, el pensamiento me llevó a la conclusión de que igual las "guarderías" para niños, que las "residencias" para viejos, deberían ser espacios tratados y cuidados con guantes de seda, por que ni todos los niños tienen la dicha de contar con un "cómplice" viejo (abuelo) que les lleve a jugar al parque, ni todos los viejos tienen un niño (nieto) para acariciarle y cuidarse de él. Las Guarderías y Residencias son un recurso excelente de cara a aliviar esas carencias incluida la soledad, el encierro, en ambos casos. Lo que no parece comparable es el calor y la alegria que se respira entre los niños en las guarderías, con la frialdad y en muchos casos tristeza que se observa en el hambiente de los viejos en las residencias.
Bueno, queridos colegas, como no quiero ponerme triste, aunque sea viejo, con todo afecto os mando un abrazo.
Hasta siempre amigos.
Ante tanta realidad, respecto del comienzo y final de lo que somos, el pensamiento me llevó a la conclusión de que igual las "guarderías" para niños, que las "residencias" para viejos, deberían ser espacios tratados y cuidados con guantes de seda, por que ni todos los niños tienen la dicha de contar con un "cómplice" viejo (abuelo) que les lleve a jugar al parque, ni todos los viejos tienen un niño (nieto) para acariciarle y cuidarse de él. Las Guarderías y Residencias son un recurso excelente de cara a aliviar esas carencias incluida la soledad, el encierro, en ambos casos. Lo que no parece comparable es el calor y la alegria que se respira entre los niños en las guarderías, con la frialdad y en muchos casos tristeza que se observa en el hambiente de los viejos en las residencias.
Bueno, queridos colegas, como no quiero ponerme triste, aunque sea viejo, con todo afecto os mando un abrazo.
Hasta siempre amigos.
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