Creo que pocas veces el agua de mayo ha sido tan bien recibida como la de este año. Aquí, en Cataluña, particularmente en Barcelona, soñábamos todos con la puesta en marcha de la desaladora, de la que tanto se habla como la gran solución. Eso sí, sin dejar de mirar al cielo y pedir que llueva suficientemente, para suspender la traida de agua potable en barcos o por el tubo de la discordia. Honradamente creo que los catalanes no merecemos tantas desgracias y en tan poco tiempo. Recordemos los problemas del ave, el socavón del Carmel, apagones, etc.
Ahora, parece, que podemos decir que "Dios aprieta, pero no ahoga" al ver que tenemos una borrasca sobre nosotros aunque no todo lo generosa que debiera ser. Los Pantanos tendrian que subir de nivel mucho más de lo que han subido, para no tener que ser tan celosos a la hora de abrir el grifo. ¡¡Ojo, que eso no quiere decir que pidamos agua para consumir y despilfarrar!!. Pero para asearse, cocinar y beber, si falta para eso ... ¿qué?.