3 sept 2008
AFICIONES
Que a mi alta cifra de años cumplidos haya desempolvado mi afición por la pintura, tantos años guardada en el baul de lo desaprovechado, se lo debo a mi hija y a mi yerno al ver que tras padecer un cáncer de laringe y quedar mutilado de la voz, algo tenia que hacer para distraerme. Entendían que no bastaba con aplicarme a practicar para recuperar el habla con voz sin laringe y reintegrarme a mi vida laboral y pensaron en regalarme un estuche con todo lo necesario para iniciarme en la pintura al óleo. Ahora, con muchas limitaciones artísticas, puedo asegurar que si algo de lo que hago me aisla de cualquier preocupación y alimenta mis ganas de vivir es ver mis propios cuadros y oir lo que oigo decir de ellos.
Desde que estoy jubilado, por edad, he dedicado muchas horas a la rehabilitación de la voz en otros laringectomizados como yó, también he participado en campañas de información sobre tabaquísmo, pero cada vez que puedo me agarro a los pinceles frente a una tela en blanco y disfruto como pez en el agua.
aquí va una prueba:
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