22 dic 2009
AMIGO con mayúsculas
En la última entrada, la anterior, me referia a la celebración del 30 aniversario de mi operación de garganta y el por qué me ilusiona celebrarlo año tras año. Pero hoy hablaré de una parte importantísima de este eventual incidente como es la vuelta a casa (13´horas del 25-12-79) con el alta clínica bajo el brazo. Sí, diez días después de la intervención quirúrgica y en vista de cómo había sido mi reacción postoperatoria, fué el propio médico quién así lo dispuso. Pero de todo lo que significa tan señalado día de Navidad, aunque tengo multitud de recuerdos muy satisfactorios, quisiera destacar el admirable comportamiento de una persona desprendida y leal donde las haya; mi gran amigo Joan Alsina Muntada.
Este amigo que vive en Vallirana (Barcelona) además de que con la escusa de tomar café estuvo viniendo a casa casi todos los días y durante el tiempo que duró mi covalecencia con la sola intención de apoyarme moral y psicológicamente hasta conseguir evitar que la carencia de voz me hiciese caer en el temido desánimo, cada 25 de diciembre cerca del mediodía se presentaba en casa con una botella del mejor cava para brindar juntos y dar gracias a la vida un año más y lo mejor es (como yo conseguí mi otra voz) que lo hacíamos ambos en voz alta.
Mi amistad con Joan pronto se hizo extensiva al entorno familiar y aun la conservamos de manera incondicional. Y es que igual unos que otros hemos antepuesto el respeto y la lealtad como requisitos prioritarios y muy por encima de cualquier otro tipo de intereses. Cada vez nos vemos menos, esa es la verdad, pero nuestros encuentros se convierten casi siempre en auténticas celebraciónes aunque se trate de un simple almuerzo o tomarnos un café.
Por tanto este año, al ser el 30 un número tan redondo, trataremos de hacer un aperitivo especial con participación de quién se de así mismo por invitado y que podría ser mas de uno. Ojalá.
Ah, seamos todos buenos y felíz Navidad.
Este amigo que vive en Vallirana (Barcelona) además de que con la escusa de tomar café estuvo viniendo a casa casi todos los días y durante el tiempo que duró mi covalecencia con la sola intención de apoyarme moral y psicológicamente hasta conseguir evitar que la carencia de voz me hiciese caer en el temido desánimo, cada 25 de diciembre cerca del mediodía se presentaba en casa con una botella del mejor cava para brindar juntos y dar gracias a la vida un año más y lo mejor es (como yo conseguí mi otra voz) que lo hacíamos ambos en voz alta.
Mi amistad con Joan pronto se hizo extensiva al entorno familiar y aun la conservamos de manera incondicional. Y es que igual unos que otros hemos antepuesto el respeto y la lealtad como requisitos prioritarios y muy por encima de cualquier otro tipo de intereses. Cada vez nos vemos menos, esa es la verdad, pero nuestros encuentros se convierten casi siempre en auténticas celebraciónes aunque se trate de un simple almuerzo o tomarnos un café.
Por tanto este año, al ser el 30 un número tan redondo, trataremos de hacer un aperitivo especial con participación de quién se de así mismo por invitado y que podría ser mas de uno. Ojalá.
Ah, seamos todos buenos y felíz Navidad.
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