8 ene 2010
FIESTAS PARA DISFRUTAR
Ni pizca de resaca, oye. Hemos celebrado todas las fiestas navideñas en familia y con amigos, montando nuestras cenas extraordinarias de nochebuena y nochevieja como aconseja la tradición milenaria; nuestras comidas los días 25 y 26 de diciembre y 1 de enero, también extraordinarias, rematadas con los típicos polvorones y variados dulces de siempre, acompañado todo con unas copitas de vinillo "reservado" (nunca mejor citado lo de reserva) para la ocasión y cava catalán del mas apropiado para nuestro gusto y como si nada. Todo ello, eso sí, tomado con esquisita moderación.
Ah, cumpliendo hasta el final de las fiestas tampoco ha faltado el tradicional "roscón de Reyes" remojado con las penúltimas copas de cava, sin olvidarnos de brindar por un mundo en paz; por un capitalísmo misericordioso, que parece ser lo mas necerio en estos tiempos de crisis; por que disminuya el paro hasta alcanzar el pleno empleo (ojo que aunque esté jubilado, lo pido muy en serio); por la salud de todos los afectados de gripe-A, o la otra; por el amor en el mas alto sentido de la palabra, y un montón de cosas más.
Pero como, a pesar de tan prolongada fiesta, ninguno de nosotros hemos sacado los pies del tiesto, como se dice popularmente, ni incurrido en esos excesos tan habiuales en estos días ¡ni siquiera un leve dolor de cabeza, ni amargor de boca! oye.
No obstante, lo mejor será estar una temporadilla a dieta (ligera de calorias) por si acaso.
Me cuesta decir adios, pero ya está dicho.
Adios otra vez.
Ah, cumpliendo hasta el final de las fiestas tampoco ha faltado el tradicional "roscón de Reyes" remojado con las penúltimas copas de cava, sin olvidarnos de brindar por un mundo en paz; por un capitalísmo misericordioso, que parece ser lo mas necerio en estos tiempos de crisis; por que disminuya el paro hasta alcanzar el pleno empleo (ojo que aunque esté jubilado, lo pido muy en serio); por la salud de todos los afectados de gripe-A, o la otra; por el amor en el mas alto sentido de la palabra, y un montón de cosas más.
Pero como, a pesar de tan prolongada fiesta, ninguno de nosotros hemos sacado los pies del tiesto, como se dice popularmente, ni incurrido en esos excesos tan habiuales en estos días ¡ni siquiera un leve dolor de cabeza, ni amargor de boca! oye.
No obstante, lo mejor será estar una temporadilla a dieta (ligera de calorias) por si acaso.
Me cuesta decir adios, pero ya está dicho.
Adios otra vez.
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